Ibrahim Traoré, el joven militar que desafía el neocolonialismo en África
ÁFRICA
Traoré denunció las "formas más bárbaras del neocolonialismo y el imperialismo" y criticó duramente a los gobernantes africanos que actúan como "marionetas" de las antiguas potencias coloniales europeas y de Estados Unidos. Su discurso ha generado grandes expectativas en torno a su figura, asociada al legado del líder revolucionario y panafricanista Thomas Sankara, quien gobernó Burkina Faso en la década de 1980 hasta su asesinato en 1987.
El pasado 28 de julio de 2023, en la Cumbre ruso-africana celebrada en San Petersburgo, el capitán y presidente interino de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, pronunció un discurso que ha dado mucho que hablar y ha centrado la atención internacional en este joven jefe de Estado africano. En su alocución, Traoré denunció el neocolonialismo practicado por los europeos, en particular los franceses, en África, y criticó duramente a los gobernantes africanos que actúan como meros títeres de Estados Unidos y Europa. Su mensaje ha provocado que muchos lo asocien con el antiguo líder revolucionario burkinés Thomas Sankara, generando grandes expectativas en torno a su figura.
Ibrahim Traoré nació en 1988 en Bondokuy, Burkina Faso. Tras cursar estudios primarios y secundarios, ingresó en la Universidad de Joseph Ki-Zerbo de Uagadugó para estudiar geología, formando parte de la Asociación de Estudiantes Musulmanes durante su etapa universitaria. Tras graduarse con excelentes calificaciones en 2006, entre 2009 y 2010 ingresó en el ejército de Burkina Faso, formándose como oficial en la Academia Militar George Namoano de Pô y pasando por Marruecos, donde fue entrenado en tácticas antiaéreas.
De regreso a Burkina Faso, Traoré se integró en una unidad de infantería en Kaya, escalando posiciones dentro del ejército burkinés en los años siguientes. En 2014 fue enviado a Mali para trabajar con la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSMA), destacando por su valentía y labor en la lucha contra el terrorismo yihadista que asola la región del Sahel.
Tras regresar de Mali, participó en importantes operaciones antiterroristas, siendo ascendido a capitán en 2020 por sus hazañas y valentía en los combates contra los yihadistas. Sin embargo, en 2022, la situación en el país era trágica y el gobierno enfrentaba varios desafíos, como la amenaza yihadista y la creciente frustración de los militares por la falta de recursos y dirección en la lucha contra el terrorismo.
Ante esta situación, el 23 y 24 de enero de 2022, el Movimiento Patriótico para la Salvaguardia y la Restauración protagonizó un golpe de Estado que derrocó al entonces presidente Kaboré. Traoré formó parte de este golpe militar, y pocas semanas después se constituyó una junta militar liderada por el teniente coronel Paul Henry Sandaogo Damiba como presidente interino y Albert Ouedraogo como primer ministro.
No obstante, la gestión de Damiba en la lucha contra el terrorismo yihadista resultó ser un fracaso, lo que provocó un nuevo golpe de Estado el 30 de septiembre de 2022, en el que Traoré anunció la destitución de Damiba, la suspensión temporal de la Constitución e impuso el toque de queda en el país, presentándose como el nuevo líder de la junta militar.
Una vez en el poder, Traoré buscó la unidad y cohesión nacional entre los militares y el pueblo de Burkina Faso para hacer frente al desafío yihadista y a la presencia francesa en el Sahel. Prometió cumplir con la celebración de elecciones en 2024, pero su gobierno fue condenado por la CEDEAO, la Unión Europea y, especialmente, Francia.
Entre las medidas adoptadas por el nuevo gobierno de Traoré, destaca el nombramiento de Joaquín Kuilem de Tambella como primer ministro, un viejo conocido del pueblo burkinés y fiel seguidor de Thomas Sankara. Traoré ha prometido combatir la corrupción y no percibe sueldo como jefe de Estado, cobrando únicamente como capitán del ejército.
En materia de política exterior, Traoré ha expulsado al embajador francés y exigido la retirada de las tropas francesas del país, limitando también la presencia de medios de comunicación estatales de Francia. En su lugar, ha estrechado lazos con Rusia, solicitando ayuda a los mercenarios de Wagner e invitando al gobierno ruso a afianzar relaciones. Asimismo, ha mejorado las relaciones con Irán, firmando un acuerdo para la creación de una aerolínea que una Teherán y Uagadugó.
En junio de 2023, Burkina Faso firmó un acuerdo de asociación con los BRICS, permitiéndole entablar importantes relaciones políticas y económicas con este bloque. Traoré y Tambella han defendido la idea de que África debe dejar de mirar a Occidente y comenzar a entablar lazos con otros países que estén dispuestos a hablar desde una base de igualdad y respeto a la soberanía nacional y económica de las naciones africanas.
En concordancia con esta visión, el gobierno de Burkina Faso ha propuesto la creación de una Federación Africana llamada Estados Unidos de África, comenzando por una alianza con Mali, Guinea y Níger, países con los que han acordado colaborar en temas de seguridad, resistir las sanciones y coordinar la industrialización y la extracción de minerales.
Además, Traoré y su gobierno han honrado la memoria histórica del país, celebrando un funeral simbólico para enterrar como se merecen a Thomas Sankara y sus colaboradores, y preparando un evento multitudinario para honrar al antiguo líder revolucionario en el trigésimo sexto aniversario de su asesinato.
El reciente golpe de Estado en Níger, liderado por el Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, ha sido otro golpe al neocolonialismo en la región del Sahel. Ante las amenazas de Francia, la Unión Europea, Estados Unidos y la CEDEAO de intervenir militarmente, los presidentes de Mali y Burkina Faso han advertido que un ataque a Níger se tomará como una declaración de guerra contra estos dos países, sumándose Guinea y, posiblemente, Mauritania y Argelia a esta declaración.
En su discurso en la Cumbre ruso-africana, Traoré denunció las formas más bárbaras y violentas del neocolonialismo y el imperialismo, afirmando que África, a pesar de sus riquezas, sigue siendo un continente pobre y hambriento debido a la esclavitud que aún se les impone. Criticó duramente a los jefes de Estado africanos que actúan como marionetas del imperialismo, y reclamó la necesidad de líderes africanos que dejen de comportarse como tales y luchen por la dignidad y la victoria de sus pueblos.
La trayectoria de Ibrahim Traoré y su firme postura contra el neocolonialismo han generado grandes expectativas en torno a su liderazgo. Su discurso en San Petersburgo ha sido interpretado como un desafío al dominio occidental en África y un llamado a la emancipación y el desarrollo autónomo del continente. Aunque su gobierno ha sido condenado por Occidente, ha logrado estrechar lazos con potencias emergentes como Rusia, China e Irán, lo que podría indicar un cambio en el paradigma geopolítico de la región en los próximos años.
Además de su firme postura anticolonialista, uno de los aspectos más destacados del liderazgo de Ibrahim Traoré es su estrecha vinculación con el legado del difunto presidente revolucionario Thomas Sankara, quien gobernó Burkina Faso entre 1983 y 1987.
La relación de Traoré con Sankara
Traoré y su gobierno han dejado clara su admiración y respeto por la figura de Thomas Sankara, considerado un icono del panafricanismo y la lucha antiimperialista. El recién nombrado primer ministro, Joaquín Kuilem de Tambella, fue uno de los fundadores de los Comités de Defensa de la Revolución creados durante el gobierno de Sankara en los años 80.
En consonancia con el legado de Sankara, Traoré ha adoptado medidas simbólicas pero muy significativas, como la decisión de no percibir un sueldo como jefe de Estado, cobrando únicamente su salario como capitán del ejército. Este gesto evoca la austeridad y rechazo a los privilegios que caracterizó al fallecido líder revolucionario.
Pero el homenaje más destacado ha sido la celebración de un funeral de Estado para enterrar dignamente a Sankara y a sus colaboradores, asesinados tras el golpe de 1987 que derrocó su gobierno. En el funeral, Mousbila Sankara, tío del expresidente, alabó la unión interreligiosa del acto, diciendo: "Esta es la primera vez que veo a católicos, protestantes y musulmanes realizar la misma ceremonia, un signo de unión".
El gobierno de Traoré también está preparando un evento multitudinario para honrar a Sankara en el 36º aniversario de su asesinato, reforzando así los lazos con el legado del antiguo líder panafricanista.
En sus discursos, tanto Traoré como Tambella han subrayado la necesidad de seguir el camino trazado por Sankara para que Burkina Faso pueda desarrollarse verdaderamente. Han propuesto medidas como la creación de una línea de ferrocarril que una las capitales de Burkina Faso, Mali y Guinea, inspirándose en las ideas integracionistas del fallecido presidente.
Esta estrecha vinculación con la figura de Sankara no sólo tiene un valor simbólico, sino que también persigue conectar con las aspiraciones populares de soberanía, desarrollo y dignidad nacional que abanderó el líder revolucionario burkinés en la década de 1980, y que siguen vigentes hoy en día en gran parte del continente africano.