¿Quienes somos?
Nuestra historia se remonta al 23 de septiembre de 1965, cuando un grupo de jóvenes y campesinos, encabezados por Arturo Gámiz, atacaron un cuartel militar en la localidad de Ciudad Madera, Chihuahua. Este acto representó una ofensiva contra las fuerzas represoras del Estado que respaldaban a la oligarquía terrateniente de la región, desafiando así el supuesto reparto agrario incipiente alardeado por el gobierno. Fue el Grupo Popular Guerrillero quien llevó a cabo esta audaz operación, aunque fue brutalmente repelida.
Años después, el 15 de marzo de 1973, tras doce días de intensos debates en Guadalajara, Jalisco, nació la Liga Comunista 23 de Septiembre, una organización que surgió de la necesidad de articular los diversos esfuerzos de construcción de una organización comunista revolucionaria por parte de grupos dispersos en todo el país. El nombre de la organización fue un homenaje al asalto al cuartel militar ocurrido ocho años antes.
Fundamentada en los principios leninistas de organización, la Liga Comunista 23 de Septiembre reconoció desde el primer día la necesidad de un medio de enlace entre las distintas regiones donde operaba y las masas. Esta necesidad se materializó en "Madera, Periódico Clandestino", el núcleo de la actividad de la Liga.
La Clandestinidad: Una Postura Política
Ser clandestino no significa simplemente ser ilegal o atentar contra la ley. Es una postura política que va más allá de los márgenes legales, implica desconocer la supuesta capacidad del Estado de representar genuinamente a la clase trabajadora. Es trabajar para conformar el Estado Mayor del proletariado, es construir una organización conspirativa que tenga como objetivo final la abolición del trabajo asalariado y del Estado capitalista que lo hace posible.
Reivindicar la clandestinidad es una crítica implacable contra todo lo existente, frente a aquellos que pretenden revestir de valores democráticos la historia y así castrar su esencia revolucionaria. Es reafirmar la lucha de la Liga Comunista 23 de Septiembre por una sociedad comunista, no por valores democráticos burgueses.
Madera, Periódico Clandestino ha sido la respuesta a la necesidad de realizar trabajo político entre los obreros, dar a conocer sus demandas e injusticias en los centros de trabajo, de movilizar a los militantes para que redacten artículos y organicen reparticiones. Portar un ejemplar podría implicar ser brutalmente golpeado, torturado o desaparecido por los Servicios de Inteligencia del Estado Mexicano, como la Dirección Federal de Seguridad.
Aunque la realidad política ha cambiado, muchas de las ideas de "Madera" siguen vigentes en la actualidad. Reivindicamos la clandestinidad como una posición política contra los usurpadores y farsantes que tergiversan la historia de nuestra organización, a la que en su momento renunciaron, señalaron e tacharon de inexistente.